En abril de 1994, durante una temporada de incendios forestales en el Volcán Barú, Panamá, ocurrió un evento que aún despierta intriga entre los testigos. Yo era entonces un oficial del Cuerpo de Bomberos encargado de coordinar los esfuerzos para sofocar las llamas que amenazaban la región. Tras controlar un incendio en la zona, recibimos una alerta sobre otro foco activo en un lugar conocido como Los Pozos.
Reunimos un equipo de diez bomberos y conseguimos una camioneta para dirigirnos al nuevo incendio. La ruta era de terracería, rodeada de montañas, y la temperatura descendía rápidamente. Eran aproximadamente las 6:00 p.m., y el Sol comenzaba a ocultarse, aunque todavía quedaba algo de luz diurna. Fue entonces cuando, al costado de uno de los cerros, notamos algo fuera de lo común: una luz esférica y luminosa que permanecía estática en el cielo.
Nos miramos entre nosotros con incredulidad, tratando de buscar una explicación racional. No podía ser un avión, ya que no se movía. Tampoco una torre eléctrica, ya que en esa región no había electricidad. Y no podía ser un astro, porque el cielo aún estaba iluminado por la luz del día. Mientras el vehículo avanzaba hacia el lugar del incendio, la luz permanecía inmóvil, vigilante.
Al llegar al incendio, nos encontramos con que el personal del entonces INRENARE ya había logrado controlarlo. Tras compartir un rápido café con ellos, iniciamos el regreso hacia la ciudad de Volcán. Sin embargo, al pasar nuevamente por la zona donde habíamos visto la luz, esta ya no estaba.
Uno de los bomberos, que venía en el vagón trasero de la camioneta, aseguró haber visto cómo la luz se había desplazado entre los árboles antes de desaparecer hacia la ladera del cerro. Pero entre el frío, el cansancio y las incomodidades del viaje, pocos de nosotros teníamos energía para especular sobre lo sucedido en ese momento.
Lo que sí es claro es que hay más de diez testigos que presenciaron el fenómeno, aunque no todos tuvieron la misma perspectiva. Los que iban en la parte delantera de la camioneta vieron cómo la luz cambiaba de posición, mientras que otros, como yo, no pudimos observar todos sus movimientos debido a nuestra ubicación.
Hoy, este evento sigue siendo un misterio para quienes estuvimos allí. ¿Fue un fenómeno natural desconocido, un dispositivo tecnológico avanzado o algo más allá de nuestra comprensión? Aunque el incidente ocurrió hace más de tres décadas, permanece vivo en nuestra memoria, como un recordatorio de que hay cosas en este mundo que desafían nuestras explicaciones.
Fuente: Revistas Virtuales Panameñas / Ing. Domingo Espinosa G.
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Otros Relatos:
– En Panamá por los años 1990-1991, se desató una fiebre relacionada con la aparición de unos volcanes en la provincia de Chiriquí, hay versiones de personas conocidas, que en esas fechas vieron un aparato luminoso, volando a baja altura en las tardes, en el área de Bugaba, Boquerón y Boquete.
– Hay un señor en Bugaba, que tuvo la visita accidental de un grupo de hombrecillos de algún lugar desconocido, que le dijeron que no eran volcanes, lo que la gente decía, sino que eran lugares donde se posaban esas extrañas naves, dejando quemado el pasto.
– En una ocasión el Sr. Máximo Camargo comentó, que cuando el OVNI se le apareció en un potrero en Chorrera, en horas de la tarde, también dejó un área quemada, que evidentemente con el paso del tiempo, nuevamente vuelve a crecer el pasto, desapareciendo la evidencia.
– A mediados de 1998 en un lugar llamado Santa Fe de Veraguas, se reportó en un periódico de la localidad, la foto de una presunta nave extraterrestre que fue fotografiada por algunos lugareños.
– En tiempo reciente en una comunidad de Los Santos, llamada Villa Lourdes, hay personas que afirman que cerca del lugar se posó una presunta nave, que dejó marcada y quemada parte del pasto como una evidencia que ahí estuvo un objeto extraño.
Fuente: Revistas Virtuales Panameñas / Ing. Domingo Espinosa G.
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